miércoles, 19 de enero de 2011

Críticas a la soledad.

Hay días en los que quedas con los amigos para comer, pasear ir al cine.
Pero también hay días en los que te apetece disfrutar de la soledad, esos días en los que agradeces no tener que compartir nada de lo que ronda por tu cabeza con nadie que pueda juzgarte.
La mayoría de personas considera que realizar ciertas actividades requiere la compañía de alguien así que hacer lo contrario es triste y significa que estás sola en la vida, que te acaban de dejar o que sencillamente eres una amargada.
Alardeamos de la independencia femenina y masculina, nos creemos abiertos de mente porque apoyamos el sexo libre y las relaciones homosexuales, pero ese modernismo mental no nos impide criticar a una persona que VA SÓLA AL CINE.

PONGÁMONOS EN ANTECEDENTES.
Un sábado de diciembre lluvioso y frío Lucía se levantó con ganas de estar sola y disfrutar de un día tranquilo.
Se puso un chándal y fue a dar un largo paseo, a media mañana le apeteció tomarse un café y paró en un sitio tranquilo y apartado de las grandes cafeterías abarrotadas.
A la tarde tras almorzar decidió ir al cine.
Escogió una película, compró la entrada y comenzó la discriminación:
-Una entrada para la Sala 2.
-¿Sólo una?-dijo el taquillero.
-Sí sólo una.
-Vale-dijo el taquillero abriendo los ojos en señal de extrañeza

Decidió tomarse una buena cantidad de palomitas, un  día es un día.
-Hola, palomitas y refresco grande.
-Vaya ¿te vas a comer todo eso tu solita?
-No lo sé depende de lo entretenida que este la película.
-¿No crees que un menú mediano te llegaría de sobra para ti sola?-esta vez elevó el tono haciendo que todos los de la cola repararan en la pobre joven que va sola al cine.
-Es posible pero como no te lo he pedido mediano deberías darme lo que te he pedido.


 Después llega el  momento en que entras en la sala las miradas de las parejas y de los grupos de amigos se clavan en ti que empiezas a sentir vergüenza sin saber el motivo.
A pesar de que la película ha empezado notas que de vez en cuando algunas miradas se siguen clavando en ti.

El día después.
Reunión de amigas en un restaurante para hablar de cosas que ya has hablado tantas veces que repites el mismo discurso.
-¿y tú que hiciste ayer que no supimos nada de ti en todo el día?
-Bueno yo fui al cine.
-¿Sí? Cuéntanos ¿con quién?
-Sola. Conmigo misma.

Y ahí están las caras de pena otra vez.
-Pero si querías ir al cine habernos avisado ¿Cómo se te ocurre ir sola?
-Lo siento no sabía que hubiera una ley que impidiera ir al cine sola.
-Es que es un poco triste.
-No de hecho fui a ver una comedia y me lo pasé bomba me reí muchísimo deberíais ir a verla, eso si con más gente no vaya a ser que os  juzguen como a mí por decidir hacer con mi vida lo que quiero sin tener que dar explicaciones a nadie. Además si vais solas tendréis que pedir perdón al de las palomitas por serviros a vosotras solas, tendréis que pedirle perdón a la gente por incomodarlos y al día siguiente también explicarles a tus amigas que tomarte un tiempo para ti misma no es triste y mucho menos penoso, sino  que es algo que hiciste porque te dio la gana. 


1 comentario:

  1. Costoume moito, pero hoxe en día, ir sola aos sitios (incluído o cine) é das cousas que máis difruto da miña vida. Xa nin sequera noto as miradas de extrañeza :)

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