miércoles, 26 de enero de 2011

El famoso,grandioso primer paso.

Sara llevaba toda la vida buscando al hombre perfecto que le diera cariño, la entendiese y que como ella deseara formar una familia en la que volcar todo su amor.
Centrada en su trabajo no había conocido ningún hombre que reuniera sus expectativas.
Sara trabajaba como fotógrafa para varias revistas y no dejaba de colaborar con organizaciones a favor de los animales.
Un día conoció a Fred.
Fred era veterinario y fotógrafo animal, a parte de tener un físico que recordaba a las estrellas de los años 30 tales como Gable y Spencer Tracy.
Charlaron y quedaron para almorzar al día siguiente y en la puerta del apartamento de Sara se dieron su primer beso, aunque  no fue como ella hubiera deseado pues fue tierno sí, pero  en la frente.
Esa noche Sara no pegó ojo repasando toda la cita desde el principio y como es sabido en este tipo de situaciones necesitas a gente sincera que te apoye  y te diga que, a pesar de decirle en la primera cita que quieres tener cinco hijos y tres perros, la culpa de asustarse es de él.
Así que llamó a su círculo de amigas más intimas y quedaron para desayunar en una de las mejores pastelerías de la ciudad.
Para sorpresa de todas Sara pidió un pomelo para desayunar, pues creía que había engordado.
Entonces Melissa dijo:


-Tengo que anunciaros algo, me voy a casar. Creo que ya llevamos 7 años conocemos los defectos y las virtudes de cada uno y queremos avanzar.
-Es un gran paso a veces retrocedes hasta la casilla de salida-dijo Lidia.
-Cásate no les hagas caso, tú  que puedes cásate a este paso serás la única.-dijo Sara mirando con recelo su pomelo.
Sara confirmaba ante sus amigas el fracaso de su cita.
-Ayer salí con Fred y me besó en la frente .Todas sabéis que es un beso fraternal .Me depilé me hice un blanqueamiento dental, estuve muy tranquila durante toda la cita, me mostré tal como soy y me da un beso en la frente. Por dios quiero casarme y tener hijos no pido ser una estrella del rock.
OH dios mío, sólo  tienes 27 años relájate no deberías buscar al padre de tus hijos si no esperar a que la persona adecuada aparezca en tu vida-dijo Lauren
-Bueno en mi opinión si que tiene que buscar hay demasiada competencia, mirad ¿y si supierais que está casado pero también  
supierais que es el hombre de vuestra vida? ¿Acaso os daríais por vencidas y tiraríais la toalla?-dijo Melissa.


-Hay una competencia brutal, el matrimonio no asegura que el día de mañana puedas conocer a otro hombre del que te enamores pero en mi caso es una decisión que creo que es la adecuada.
-¿No entiendo porque te casas con el si piensas que el día de mañana puedas conocer a alguien y enamorarte de el?-dijo Sara
-Pues porque deje de creer en el amor eterno y apasionado cuando cumplí los seis años, me conformo con un hombre que me quiera tal como soy y que me haga reír de vez en cuando. –añadió Melissa.
-¿Así que el amor es conformarse y reírse de vez en cuando?-Sara
-No eso es el matrimonio-Dijo Lidia.
-Pues entonces tal vez debiera conformarme con un beso en la frente-dijo Sara dándose por vencida.


-Te voy a dar un consejo, en tu caso quieres casarte en el mío sólo busco mi disfrute personal, así que poniéndome en tu lugar ponte tu mejor vestido ve a junto de Fred y si el no te besa hazlo tu lo de esperar a que él de el primer paso se quedó en la edad media.


SARA TOMA LAS RIENDAS.


Viernes en una calle en el centro de la ciudad Sara está dispuesta a seguir las reglas  de Lidia.
Vestido negro entallado maquillaje que destaca sus rasgos y confianza e si misma.
Suena el timbre Fred se asoma a la ventana y ve a Sara, está preciosa.
Baja al portal.
Sara se prepara para la regla número dos el beso y la posterior número tres esperar la reacción.
Reacción: quedarse estupefacta tras ver como el maravilloso Fred la aparta.
-Lo siento me gusta ser yo, el hombre, el que dé el primer paso- dijo Fred.
Enseñanza de vida no forzar la situación todavía hay hombres que viven en la Edad Media.





miércoles, 19 de enero de 2011

Críticas a la soledad.

Hay días en los que quedas con los amigos para comer, pasear ir al cine.
Pero también hay días en los que te apetece disfrutar de la soledad, esos días en los que agradeces no tener que compartir nada de lo que ronda por tu cabeza con nadie que pueda juzgarte.
La mayoría de personas considera que realizar ciertas actividades requiere la compañía de alguien así que hacer lo contrario es triste y significa que estás sola en la vida, que te acaban de dejar o que sencillamente eres una amargada.
Alardeamos de la independencia femenina y masculina, nos creemos abiertos de mente porque apoyamos el sexo libre y las relaciones homosexuales, pero ese modernismo mental no nos impide criticar a una persona que VA SÓLA AL CINE.

PONGÁMONOS EN ANTECEDENTES.
Un sábado de diciembre lluvioso y frío Lucía se levantó con ganas de estar sola y disfrutar de un día tranquilo.
Se puso un chándal y fue a dar un largo paseo, a media mañana le apeteció tomarse un café y paró en un sitio tranquilo y apartado de las grandes cafeterías abarrotadas.
A la tarde tras almorzar decidió ir al cine.
Escogió una película, compró la entrada y comenzó la discriminación:
-Una entrada para la Sala 2.
-¿Sólo una?-dijo el taquillero.
-Sí sólo una.
-Vale-dijo el taquillero abriendo los ojos en señal de extrañeza

Decidió tomarse una buena cantidad de palomitas, un  día es un día.
-Hola, palomitas y refresco grande.
-Vaya ¿te vas a comer todo eso tu solita?
-No lo sé depende de lo entretenida que este la película.
-¿No crees que un menú mediano te llegaría de sobra para ti sola?-esta vez elevó el tono haciendo que todos los de la cola repararan en la pobre joven que va sola al cine.
-Es posible pero como no te lo he pedido mediano deberías darme lo que te he pedido.


 Después llega el  momento en que entras en la sala las miradas de las parejas y de los grupos de amigos se clavan en ti que empiezas a sentir vergüenza sin saber el motivo.
A pesar de que la película ha empezado notas que de vez en cuando algunas miradas se siguen clavando en ti.

El día después.
Reunión de amigas en un restaurante para hablar de cosas que ya has hablado tantas veces que repites el mismo discurso.
-¿y tú que hiciste ayer que no supimos nada de ti en todo el día?
-Bueno yo fui al cine.
-¿Sí? Cuéntanos ¿con quién?
-Sola. Conmigo misma.

Y ahí están las caras de pena otra vez.
-Pero si querías ir al cine habernos avisado ¿Cómo se te ocurre ir sola?
-Lo siento no sabía que hubiera una ley que impidiera ir al cine sola.
-Es que es un poco triste.
-No de hecho fui a ver una comedia y me lo pasé bomba me reí muchísimo deberíais ir a verla, eso si con más gente no vaya a ser que os  juzguen como a mí por decidir hacer con mi vida lo que quiero sin tener que dar explicaciones a nadie. Además si vais solas tendréis que pedir perdón al de las palomitas por serviros a vosotras solas, tendréis que pedirle perdón a la gente por incomodarlos y al día siguiente también explicarles a tus amigas que tomarte un tiempo para ti misma no es triste y mucho menos penoso, sino  que es algo que hiciste porque te dio la gana.